Se acerca el gran día, empiezan los preparativos y llega la elección más importante de todas: ¡el vestido, por supuesto! Tanto si tienes una idea concreta en mente como si no, tendrás que ir al probador. Después de haberte puesto decenas de vestidos, con los comentarios de mamá, la abuela, la dependienta y tus amigas, puede que estés al borde de una crisis existencial.
El equipo de Finca Mas Solers, especialista en organización de bodas exclusivas en Cataluña, te va ayudar a evitar el estrés, guiándote hacia el vestido de novia de tus sueños, que además favorecerá tu tipo de cuerpo.
Antes de hablar de la elección del vestido de tus sueños, hagamos un viaje en el tiempo para entender por qué el blanco es tan importante en el mundo de la moda nupcial.
El vestido de novia blanco inmaculado del mundo occidental, tal y como lo conocemos ahora, es una “invención” bastante reciente.
Hasta el siglo XIX, las mujeres aristócratas vestían trajes de ricos tejidos con preciosos materiales de color rojo, púrpura, dorado; colores que demostraban su posición y su riqueza. En cambio, las mujeres más humildes llevaban un vestido como el que llevaban cualquier otro dia, recientemente lavado, de color más bien oscuro (porque así no se notaban las manchas).
Todo cambió en 1840, cuando la Reina Victoria de Inglaterra se casó con Alberto de Sajonia-Coburgo. De hecho, se considera que el “antes y después” del vestido nupcial lo estableció la propia Reina. El día de su boda, la Reina Victoria iba vestida con un largo vestido blanco de satén de seda pesada y encaje. Este color, bastante inusual en aquellos tiempos, produjo un cataclismo en el mundo de los vestidos de novia, y creó esta tendencia que iba a seducir a todas las futuras novias, hasta hoy.
Actualmente, en el mundo occidental, más del 97% de las novias que se casan eligen el blanco, o, mejor dicho, uno de los numerosos blancos que existen. Y, en Finca Mas Solers, con más de 20 años en la organización de bodas en Barcelona, sabemos muy bien que no hay un blanco, sino un abanico amplio de blancos y no les va bien la misma tonalidad de blanco a todas les pieles. Repasemos estas tonalidades para que sepas cual se adapta mejor a tu tono.
Blanco puro
Esta tonalidad es muy fácil de distinguir ya que se compone de un color blanco muy puro y sobre todo luminoso, con unos reflejos azulados y destellantes. ¡Perfecto si tienes la piel oscura!
Blanco nieve
Se trata de un blanco radiante, pero sin ese matiz azulado del blanco puro. ¡Ideal para novias con tono de piel morena!
Blanco crudo o roto
Es un color natural apagado. No brilla. Es una de las tonalidades más apreciadas, ya que favorece mucho, sobre todo a las novias con tez ni muy clara, ni muy morena.
Marfil
Tiende a las tonalidades amarillentas y su nombre proviene del color de los cuernos de los elefantes. Se acerca más al beige. Es un color bastante cálido. ¡Si tienes la tez muy blanca: apuesta por él!
Blanco perla
Esta tonalidad brillante es una sombra muy clara de amarillo. Se acerca un poco a una tonalidad vainilla muy suave. Es elegante. ¡Favorece sobre todo a las novias que tienen una piel más bien morena!
Beige
La tonalidad beige se compone de distintos colores que pasan por un blanco amarillento a un blanco con tonalidades marrones. ¡Atrae sobre todo a novias de más de 40 años, con la piel un poco morena!
Champagne
Esta tonalidad es igual que la bebida que lleva su nombre: suavemente dorada con un toquecito de rosado pálido. ¡Si tienes la piel morena, no dudes en probártelo!
Rosa empolvado
Para acabar, tenemos que mencionar también el rosa empolvado. No es un blanco como tal. Es un color muy suave, que mezcla el rosa dorado con el beige. ¡Idóneo para novias jóvenes y con piel clara!
¡Ya sabes cómo elegir la mejor tonalidad para tu vestido de boda! Recuerda, además, que debes elegir un vestido cómodo, en el que te sientas bien. Una novia que va cómoda es una novia que disfrutará mucho más de su gran día. Así que, desde Finca Mas Solers, te aconsejamos que camines, te sientes, saltes, bailes, levantes los brazos... Si hay algún movimiento con el que no te sientas cómoda, entonces no es el vestido perfecto. Y, muy importante: para organizar una boda sin estrés, déjate aconsejar por profesionales (diseñadores, wedding planners, floristas…), disfrutarás mucho más de los preparativos y de la boda.